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29 de marzo, 2024

Gils Carbó o una Procuración independiente

La Procuradora General de la Nación, Alejandra Gils Carbó reemplazó a Esteban Righi, cuando
Cristina Kirchner lo hizo renunciar para proteger a Boudou. Tuvo el acuerdo de todos los
senadores salvo Mario Cimadevilla, Laura Montero y Arturo Vera, a quienes no debemos
olvidar.
La esperanza de una Procuración General independiente de la política fue tan utópica como
breve. Desde el primer día, Gils Carbó ejerció a pleno el kirchnerismo, satisfaciendo las
necesidades de su líder. Incluso fundó la agrupación política tautológicamente bautizada
“Justicia Legítima”.
Gils Carbó cometió actos que motivaron cuestionamientos y causas judiciales, llegando al
extremo de ser procesada por la compra de un edificio, donde pagó una comisión exorbitante a
una persona vinculada a un funcionario designado por ella.
¿Puede ser removida de su cargo?
La ley actual le otorga el privilegio de estabilidad salvo remoción previo juicio político ante el
Congreso, con unas mayorías difíciles de lograr.
El gobierno evaluó remover por decreto a la Procuradora, basándose en la inconstitucionalidad
de su estabilidad, pero la renuencia de Carrió y de otros especialistas lo frenaron. Se hubiesen
provocado impugnaciones judiciales y se lo hubiese considerado más propio de los “k” y de su
uso y abuso del poder. Admitamos que ese decreto frustrado, aunque legal, era indigerible para
el buenismo en boga.
El grupo Será Justicia y el Colegio de Abogados de la Ciudad judicializaron el tema y hace
pocos días el Juez Cayssials decidió que esa estabilidad es inconstitucional, porque solo puede
surgir de la Constitución y no de una ley. La Corte hace años ha sentenciado así.
El oficialismo quiere que una ley modifique el sistema y reemplace el sistema actual de
estabilidad, pero carece de los votos suficientes. Este fallo refuerza esa propuesta, sobre todo
si la modificación es equilibrada, por ejemplo sometiendo la eventual remoción a un tribunal
especial o al Consejo de la Magistratura. Esa parece ser la solución más civilizada, pero como
sería por ley, depende del poder político del gobierno y de la madurez de la oposición. Ojalá la
elección del domingo sea bien decodificada por los legisladores.
Mientras, muchos creemos que Gils Carbó debería como mínimo pedir licencia hasta que deje
de estar procesada o sea condenada.
Por seriedad, ya que ella misma ha dicho en casos de suspensión de pensiones a veeranos de
Malvinas, que un procesamiento implica una sospecha firme de ser un delincuente y eso es
incompatible con desempeñar una posición que requiere honor. Y cuando suspendió al fiscal
Campagnoli, dijo que “las características de las imputaciones … aun con el grado de
certidumbre propio de esta etapa, tienen la entidad suficiente como para generar un descrédito
en la autoridad del magistrado como representante de este Ministerio Público, lo cual provoca
un grave daño al servicio de administración de justicia y un menoscabo de la investidura del
fiscal, con la consecuente pérdida de autoridad.”

La Procuradora hasta llegó al extremo de decidir que Campagnoli debía ser suspendido para
permitirle defenderse mejor…
Creemos que Gils Carbó tiene un solo camino: aplicarse a sí misma lo que consideró correcto y
aplicó a otros, porque estamos en una república de iguales. Por eso ahora ella debe honrar a
su cargo y someterse a la regla que aplicó a los demás.
Como mínimo debe pedir licencia. O jubilarse, sacando a la Procuración de la triste posición en
la que la sumergieron su procesamiento, sus actos y sus omisiones.
Si no lo hace, violaría el art. 2.b) del Reglamento Disciplinario del Ministerio Público Fiscal que
la obliga a “Observar en todo momento una conducta irreprochable, caracterizada por la
corrección, la dignidad, la prudencia y el decoro.”
¿O no?

 

Por Alejandro Fargosi

 

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