Fue tras la filtración de su autobiografía .
El príncipe Harry fue acusado de querer “demoler” la familia real británica con las revelaciones contenidas en sus memorias.
Gran parte focalizadas en parte en su hermano, heredero al trono.
Titulada “Spare” la autobiografía de unas 500 páginas será publicada en un contexto de fuerte tensión en el seno de la monarquía británica, que aún batalla para marcar la nueva etapa encarnada por Carlos III después de siete décadas de reinado de Isabel II.
El nuevo monarca se esfuerza por modernizar su imagen, pero se ha visto enzarzado en controversias como los comentarios racistas de una madrina del príncipe William.
El libro, repleto de detalles privados sobre la vida de la familia, acusaciones y reproches, fue accidentalmente puesto en venta durante unas horas por una cadena de librerías española, lo que permitió procurarse un ejemplar a todos los diarios sensacionalistas británicos.
El príncipe de 38 años, que en 2020 sacudió la monarquía cuando junto a Meghan dejó la institución para irse a vivir a Estados Unidos alegando una presión mediática y familiar insoportable.
“Nadie se escapa de la misión brutal de Harry de demoler a la familia”, tituló el izquierdista Daily Mirror.
“Habiendo tomado la estúpida decisión de ‘hacer públicas’ sus desavenencias con la familia real, Harry estaba sin duda bajo una enorme presión (…) para escupir todo el veneno posible”, escribió el Daily Mail.
Y The Sun subrayaba que aunque los británicos simpatizaron durante años con el conflictivo príncipe por el trauma de haber perdido a su madre, la princesa Diana, siendo niño en 1997, “ninguno puede justificar el camino destructivo y vengativo que ha elegido, arrojando a su propia familia debajo de un autobús por millones de dólares”.
Él afirma, simplemente, querer explicar su “verdad” de lo ocurrido, y por ejemplo da detalles del incidente con su hermano.
Fue una disputa en 2019 en Londres durante la cual William, ahora de 40 años, tildó a Meghan de “difícil”, “grosera” y “áspera”.
En ese punto, relata que lo zarandeó y lo tiró al suelo y esperaba que le devolviese el golpe y entablar una pelea.
También afirma que Carlos III hacía “sádicas” bromas sobre si era el “verdadero” padre de él, que creció entre rumores sobre su parecido con el mayor James Hewitt, amante de Diana.
Otros detalles sórdidos incluyen cómo perdió la virginidad con una mujer mayor en un campo detrás de un pub, su consumo de cocaína siendo adolescente, las 25 personas que mató durante sus misiones militares en Afganistán o la mujer, a la que se abstiene de llamar “medium”, que le permitió contactar con su difunta madre.
Acusa a su hermano y la esposa Kate, a quien Meghan atribuyó un “cerebro de bebé”, de haberle alentado cuando tenía 20 años a disfrazarse de nazi, provocando un grave escándalo.
En opinión Richard Fitzwilliams, experto sobre la familia real, “lo peor” del libro es “el modo en que se presenta a William”. “Alguien que traicionó su confianza, alguien que lo agredió realmente. No es un retrato muy halagador para un futuro rey”, subraya.