Indignación, tristeza, impotencia, desazón, consternación y una continuación de sustantivos, adjetivos indescriptibles para transmitir lo que nosotros, los argentinos de bien, los que amamos a nuestro país, los que trabajamos y los que lamentablemente no tienen trabajo, sienten con la muerte de Morena. Morena no tenía que morir como tampoco los chicos y bebés en Rosario, como tampoco el colectivero en un asalto en Virrey del Pino.
Hay una “sensación” o una “realidad” de impunidad, de falta de justicia, de falta de principios. En este contexto el domingo vamos a votar que es un acto festivo de la democracia. Antes del día de ayer era de conocimiento público que una parte de los argentinos no quiere votar o quieren impugnar o votar en blanco. ¿Porqué escribo sobre este tema cuando lo importante hoy es Morena y lo que significa este atentado atroz para nosotros? Yo voy a votar el domingo, siempre lo hice, es mi derecho y mi elección. Pienso que uno no se puede indignar y no votar porque alguien tiene que conducir al país. Muchos explican que no hay político que los representa, pero en la vida muchas veces tenemos que elegir, aunque no nos sintamos representados, pero en mi opinión, respetando todas las opiniones, hay que elegir a una persona física.
Desde ayer mi pecho cruje de tristeza y quiero gritar BASTAAAAA. No quiero escuchar más mentiras de los políticos y propuestas que no satisfacen. Quiero que se resuelvan las MORENAS, LOS BEBÉS, LOS CHICOS, LOS COLECTIVEROS y muchos más. A sabiendas que esto no se resuelve de un día para el otro, pero por un lado hay que empezar. Sino son excusas banales de políticos que no tienen la determinación de hacer un cambio real y por mi que vayan a trabajar de otra cosa y no de políticos.
En mi modesta opinión esto requiere de POLÍTICAS PÚBLICAS DE ESTADO. Que los políticos concurran al Senado, que para eso bastante bien les pagamos, y que armen la CONSTITUCIÓN de una Argentina para la educación, para combatir el narcotráfico, para la construcción de cárceles, para planificación de lugares para menores y como reencausarlos en la sociedad, para combatir el hambre y ningún argentino tenga que tenerlo, y otros temas que se me pueden escapar de la alta indignación que tengo. Y esta “Constitución” con “Políticas públicas de Estado” sea la ley primera o sea que no pueda derogarse por ningún gobierno de ningún color político. Puede ponerse un plazo mínimo de 10 años pero no para que después volvamos a la nada misma sino para que se actualice pensando que hay una luz en el camino y que vamos a empezar a salir de esta hecatombe.
No quiero escuchar más a un Aníbal Fernández que se enoja porque los periodistas le formulan preguntas por el caso Morena y responde que no es de su “jurisdicción” y que no entiende porque le preguntan a él. Lo mismo pasó con Rosario. Aníbal Fernández es ministro de seguridad de la Nación. O sea, sería el número uno en responsabilidad con respecto a la seguridad. Sin palabras porque la indignación rebalsa.
Señores políticos. Pónganse a trabajar fuertemente en esto y no nos digan palabras vacías. Actúen. No se asusten nuestros gobernantes si el domingo el resultado se parece al reciente resultado de nuestra provincia “Del Chaco” y el caso Cecilia Stryzowski.
Las urnas hablarán, pero Morena con sus 11 añitos murió. Que en paz descanse.