Santo en la Web y en la Red

21 de noviembre, 2024

Martha Wolff. Día Internacional de conmemoración en memoria de las víctimas del Holocausto.

 Decir “Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto”,  es decir que no alcanzan las palabras para abarcar tanto crimen, idea, planificación, colaboración, organización y maquinaria humana para llevar a cabo la transformación de  personas en cenizas o cadáveres, montar hornos crematorios, enterrar cuerpos en fosas comunes, registrar  listas de los judíos y sus desapariciones en computadoras IBM, tener un comandante en Auschwitz que vivía normalmente, trabajos forzados, hambre, Mengele y sus experimentos con prisioneros, prostitución al servicio de los burdeles nazis en los campos de concentración, tatuajes para perder nombres y ser números, robo de pertenencias de los prisioneros, degradación moral, enfermedades, pestes y plagas, madres e hijos gaseados juntos, manos esclavas en fabricaciones militares, agujeros de inodoros, pócimas miserables de comida, castigos, torturas, esqueletos vivientes esperando su turno para morir, pies congelados en invierno, trapos alrededor de miserables cuerpos y las infinitas degradaciones de judíos por serlos y dejar de ser personas para terminar siendo humo ante la indiferencia del mundo.

Desde la Conferencia de Evian hasta terminada la Segunda el Guerra Mundial el mundo dejó  a los judíos en manos de los nazis y solo las tropas aliadas salvaron a los que sobrevivieron. Salvaron sin haber salvado antes los trenes cargados, los reclamos, las denuncias, las verdades de lo que sucedía. Cada país y gobernante calculaba riesgo y conveniencia mientras fueron seis millones de almas sacrificadas ante el egoísmo y políticas erradas.

De humanismo el mundo se horrorizó cuando vieron los espectros que testimoniaron. Tarde, tan tarde como hoy ante los rehenes…

Pero para poner en funcionamiento semejante requisa y acarreo de seres desprotegidos hizo falta mucha gente dispuesta a tener un trabajo sin miramientos. Los empelados para requisar, juntar y llevar a los detenidos, arrancados de sus hogares, burlados sus documentos, destruidos sus negocios para llevarlos al exterminio declarado en Wannsee  de la solución final de los judíos, fueron miles y miles y cientos de miles. Fueron los civiles que delataron y los vestidos  con sus trajes nazis y botas y provistos de armas que condujeron a los rehenes elegidos a su parada final. Esos empleados actuaron respondiendo a la orden de obediencia de vida al comienzo con miedo y después para conservar sus puestos de trabajo fue su rutina y vida normal. Se sentían seguros mientras los reos clamaban piedad. Delante de las víctimas se sentían héroes y ni siquiera una criatura los conmovía en su llanto de miedo y piedad. Hoy los terroristas de Hamás son sus herederos con los túneles y sacrificios humanos en su poder.

Después del 7 de octubre la barbarie manchó de sangre el lema “Nunca más”.

La inteligencia humana se acopló a la ideología del antisemitismo como solución al mundo y está gobernada por la robótica de la locura del extremismo musulmán que lo único que hace es alimentar el odio como objetivo y dominar con su dictadura religiosa la libertad como valor supremo. Las multitudes son la respuesta al sometimiento y a la opresión.

Las almas perdidas de siempre piden no claudicar, las almas en cautiverio piden luz: ¡Amén!

INVITADA
Martha Wolff
Periodista y escritora

Seguir leyendo