En Argentina como todos los inviernos hay agrupaciones e individuos que de corazón trabajan para realizar donaciones y ayudar a combatir el frío y el hambre de los carenciados y necesitados. Desde el año pasado el imán Marwan Sarwar Gill, un porteño importado de Alemania, teólogo islámico y representante de la Comunidad Ahmadia en la Argentina, colabora con su gente contra estos flagelos que se incrementan año tras año en nuestro país.
El imán Marwan guía la oración y la fe de su comunidad musulmana con la misión de representar a la corriente Ahmadía y promover las enseñanzas verdaderas del islam en el país. “Por eso aprendí el idioma español: para comunicarme y transmitir las enseñanzas, y construir puentes interreligiosos. También servir a la patria y a la sociedad. Para nosotros en el islam es fundamental amar a Dios a través de amar y servir a su creación. Al’lah, nombre personal de Dios en el islam, es el creador y señor de toda la humanidad. Un musulmán tiene que amar y servir a toda la creación de Dios sin distinción de religión, de etnia o de bandera política. En ese contexto nosotros durante el invierno hacemos una campaña contra el frío y hemos donado en varios lugares frazadas y alimentos. En Lomas de Zamora, en Moreno, aquí en Capital y en otros lugares. La idea es ayudar a los que más necesidades tengan porque el profeta Muhammad, fundador del islam, dijo que amar a la patria es parte de la fe”.
El domingo 2 de julio estuvieron en ASOVEN (la asociación de venezolanos) junto a los padres de Fernando Báez Sosa, Mercedes Barbara, Directora General de Colectividades del GCBA y Santiago Vestfrid de la Asociación Civil 18 de Diciembre por el Migrante, donando frazadas en la Iglesia de Guadalupe.
Marwan nos cuenta: “Nosotros colaboramos con la Asociación Civil 18 de Diciembre por el Migrante y hacemos muy seguido entrega de alimentos en sus comedores. El presidente de la Asociación, Santiago Vestfrid, me presentó a Silvino y Graciela, los padres de Fernando Báez Sosa, y nos hicimos amigos. Pude acompañarlos en diferentes actos solidarios y hoy ya somos amigos personales. Mi idea es apoyarlos y ayudarlos espiritualmente. Ellos son personas muy fuertes, incluso son una inspiración para mí. Agrega: “Para nosotros es muy importante levantar la voz por la justicia y contra la violencia, porque el islam enseña que quien mata a una persona inocente es como si hubiera matado a toda la humanidad. El lema de la comunidad Ahmadía es: amor para todos, odio para nadie”.
Graciela y Silvino, los padres de Fernando consideran a Marwan su amigo. Silvino dice: “Siempre está presente con nosotros con lo que necesitamos, y también estamos para él. Es un ser maravilloso”. “A Fernando desde chiquito le gustaba muchísimo ayudar a la gente y a medida que fue creciendo, cuando ingresó al colegio marianista se le dio la oportunidad de salir a ayudar a gente en varias partes, ir a remodelar colegios, dar alimentos los viernes en Primera Junta, iba con los compañeros a repartir comida a los que más necesitan”, cuenta Graciela. “Nosotros, ahora que perdimos a nuestro hijo, tratamos de hacer lo que a él le gustaba. Nos reconforta mucho el alma continuar con sus tareas solidarias porque nos hace mucha falta su presencia. Y pensamos que ayudando a los demás nos calma un poco este dolor tan grande que sentimos con su pérdida.”
Marwan Gill y su colectividad continuó la semana de la Patria con donaciones en González Catán acompañados por la Asociación “18 de diciembre por el migrante”. El miércoles 7 de julio realizaron una visita a la Casa Ronald entregando alimentos no perecederos e involucrándose con compartir la historia y necesidad imperiosa de ayuda a la Casa. Gabriela Lebenas, fundadora y responsable de la Casa, los recibió con alegría a Marwan y su comunidad, estrechando lazos. Todas las familias que residen en la Casa Ronald estaban muy agradecidas. El mismo 9 de julio se hicieron presente en la Fundación de Margarita Barrientos con una importante donación de frazadas para los más necesitados que aguardaban en fila la ayuda para apalear el frío. Muchos de los que estaban ahí, del barrio Los Piletones, duermen bajo el puente totalmente desprotegidos del frío. Culminó la semana con una donación de frazadas y leche a los comedores de la Parroquia Inmaculada Concepción de Villa Zapiola con la coordinación del padre Renato de la diócesis de Merlo-Moreno.