Tenían que hacer un viaje de egresados.
Un contingente de estudiantes de sexto año del Instituto Sagrado Corazón se preparaba para iniciar su viaje de egresados a Bariloche, cuando el control de alcoholemia de los conductores arrojó resultados positivos, lo que obligó a suspender de la partida.
La situación fue detectada inicialmente por los padres de los alumnos, quienes notaron comportamientos extraños en los choferes y decidieron alertar a las autoridades municipales para que intervinieran.
La empresa de micros dio su versión. Nicolás Zanotti, representante de la firma Urquiza, aseguró que los controles aplicados a cinco conductores arrojaron “falsos positivos”. Según su argumento, el error se debió a un mal funcionamiento del aparato utilizado por la Policía municipal.
El directivo de la empresa defendió la condición de sus empleados. Zanotti relató que, ante los primeros resultados positivos, enviaron a dos choferes nuevos, quienes también resultaron con alcohol en sangre, y luego a una quinta persona con el mismo resultado. En ese momento, la firma decidió convocar a la Policía Caminera, pues tenían “la plena seguridad de que las personas que estaban ahí no estaban alcoholizadas”.
Según el representante de Urquiza, la Policía Caminera controló a los cinco choferes y “les dio todas negativo de alcoholemia”.
Zanotti concluyó que “lo que está mal es la herramienta con la que controlaron la policía municipal“. Incluso, agregó que ofrecieron hacer un dopaje de sangre al instante, pero la hija del director del colegio, que viajaba con el contingente, consideró que no era necesario.
Provocó la intervención de la Jueza de Faltas local, quien ordenó controles adicionales y solicitó formalmente la colaboración de la Caminera para esclarecer lo sucedido.
Para probar la precisión de los equipos municipales, el director del establecimiento educativo, que era parte del grupo, se sometió al test voluntariamente y el resultado fue negativo.
Horas más tarde, los choferes suplentes repitieron la prueba y, esta vez, lograron pasarla. De esta manera, el micro de los egresados finalmente fue autorizado a salir.
Pasó en la localidad de Oliva, en Córdoba.
