Confesó la violación.
Abusó de su hija en la cama de su nieta y lo condenaron a 8 años de cárcel .
“Hija, no me hagás la denuncia, perdoname, sé que estuve mal, perdóname. Se me metió el diablo en la cabeza. No me denuncies, me voy a ir de la casa”.
El imputado admitió su culpabilidad en un juicio abreviad.
Le impusieron 8 años de prisión por el delito de “abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo”.
La víctima se encuentra bajo tratamiento psicológico y psiquiátrico. Intentó quitarse la vida por las situaciones que vivía con su padre.
Denunció que ese día a la madrugada, junto a su padre llegaron a su casa, donde también vivían sus tres hijas menores.
Estaba muy cansada y tomó la medicación para dormir que tenía recetada.
En general dormía con sus hijas y su padre solo, pero esa noche durmió con una y su padre con las otras dos.
La mujer sintió que la estaban tocando y luego que la penetraron. Tras despertarse, se encontró con que era su padre el violador.
Lo empujó y salió de la habitación. Él se fue hasta la cocina y se cambio.
La mujer se fue hasta lo de su hermana, quien le dijo que tenía que denunciarlo. Volvieron para la casa a sacar a las nenas del lugar. El acusado seguía en la cocina.
El agresor les suplicó que no contaran nada: “Vengan, hablemos los tres, no hagan nada”. Ellas fueron a hacer la denuncia.
Su padre las seguía y les rogaba para que guarde silencio: “Hija, no me hagás la denuncia, sé que estuve mal, perdóname. Se me metió el diablo en la cabeza. No me denuncies, me voy a ir de la casa”.
La víctima fue atendida por el médico legista. Recibió un llamado telefónico de su padre en que repetió.
“Hija perdoname, no sé lo que hice, se me metió el diablo en la cabeza. Cuidá a las niñitas y cuidate vos. Pronto vas a tener noticias mías. Las amo”.
Pasó en San Juan.