Intervinieron las fuerzas especiales.
Un vecino sobre un caso de maltrato infantil. Cuando los oficiales llegaron a la casa se encontraron a la mujer atrincherada que amenazaba a sus hijos.
“Los mataré porque son Lucifer”, gritaba.
Se desplegó un gran operativo alrededor de la casa. Cuando la agresora se dio cuenta de la presencia policial se encerró en una habitación con sus dos hijos.
Una vez más amenazó con matarlos si ingresaban por la fuerza.
Se estableció un perímetro de seguridad, el desalojo de civiles del lugar y la participación de personal capacitado en situaciones de riesgo.
Llegaron los negociadores especialistas del Grupo CERO. Tras varios intentos fallidos de diálogo, se autorizó el “uso racional de la fuerza”.
Uno de los negociadores logró ingresar con un escudo especial a la habitación. Encontró a la mujer armada con un cuchillo, una nena de 9 años y otro familiar que sostenía en brazos a un bebé de pocos meses.
Los menores fueron liberados sin lesiones.
La mamá fue trasladada detenida a un centro asistencial para su evaluación psiquiátrica.
Pasó en Cadillal, en Tucumán.
