Según los testigos fue porque estaba amenazado.
Un socio y una gestora que trabajaba con Fernando Pérez Algaba, el empresario descuartizado, declararon que el empresario se llevó de sus casas armas de fuego.
Dijeron que quería “protegerse” debido a que “estaba amenazado” por las deudas que tenía.
Maximiliano Pilepich, amigo y socio de Pérez Algaba en un proyecto de casas de campo en General Rodríguez y dueño de la camioneta Range Rover Evoque que el empresario utilizó hasta último momento, y la gestora y amiga de la víctima Flavia Lorena Bomrad.
Los dos se refirieron a episodios en los que Pérez Algaba llevó de sus domicilios un arma sin que ellos lo advirtieran. En el caso de la gestora, el empresario se la devolvió al día siguiente mientras, que la del amigo se la quedó “para protegerse”.
Pilepich, quien fue una de las últimas personas en ver a Pérez Algaba con vida, contó que tenía negocios inmobiliarios con él y recordó un episodio ocurrido hace aproximadamente cuatro meses, cuando en una reunión de trabajo que mantuvieron en su casa, el empresario se llevó de su domicilio una pistola marca Glock calibre 9 milímetros sin que él lo notara.
Al darse cuenta del faltante, le reclamó el arma a Fernando, quien le dijo que la necesitaba “para protegerse” y que no se hiciera problema, ya que era legítimo usurario.
En esa conversación, Fernando le afirmó que quería dejar las cuentas claras con él para luego mudarse definitivamente a Europa, adonde planeaba viajar el 19 de julio pasado mediante un vuelo con destino a Barcelona, España.
En el departamento que habían alquilado Pérez Algaba en Ituzaingó, se secuestró el pasaporte, dos valijas, un bolso de mano, ropa prolijamente doblada, 18 pares de zapatillas, 15 perfumes importados, un portarretrato con una foto, medicamentos, anteojos de sol y alimento para el perro de la víctima, Cooper.
Otra testigo que también se refirió a que Fernando se llevó un arma de su casa es la gestora y amiga de la víctima Bomrad, quien solía encargarse de los trámites de transferencia de los autos que la víctima compraba y vendía en el marco de su negocio.
La mujer contó que ella posee una pistola Bersa 9 milímetros. la cual Pérez Algaba le había pedido prestada porque “tenía miedo y quería tener un arma”, dijeron las fuentes.
Bomrad aseguró que se la negó, aunque luego se dio cuenta que el empresario se la había llevado de su casa, por lo que lo llamó y le exigió que se la devolviera, lo que Pérez Algaba hizo al día siguiente.
Bomrad recordó los últimos encuentros que mantuvo con la víctima y se refirió a la venta de un auto Audi TT que el empresario le había hecho a un joven radicado en la provincia de Santa Fe, quien, decía, estaba relacionado con gente de la banda “Los Monos”.
Según la gestora, ese joven le pagó unos 10 mil dólares al empresario para que le firmara el 08 del auto, aunque aún no estaba saldada la deudas.
La mujer declaró sobre las deudas y amenazas que recibía su amigo y mencionó a Gustavo Iglesias, barra de Boca Juniors, a quien dijo que le debía cerca de 300 mil dólares.
Iglesias es una de las personas que en sucesivos audios incorporados a la causa aparece amenazando al empresario.