Echaron a dos empleadas
La Justicia investiga a Alejandra Género, presidenta de la Sociedad de Protección a la Infancia, y a Marisa Benaduche, trabajadora del hogar convivencial de Balcarce conocido como el “Patronato”, por cuatro episodios de presunto maltrato infantil.
La causa se abrió después de que una empleada grabara un audio de unos 40 minutos donde se escucha una serie de insultos, gritos y amenazas dirigidas a dos chicos que viven en el hogar. Ese registro ya está incorporado al expediente y ambas quedaron desvinculadas del instituto.
La Sociedad de Protección a la Infancia funciona como un hogar convivencial. Allí viven chicos que, por distintos motivos, no pueden estar temporalmente con sus familias. La mayoría llegan derivados por el Servicio Local o por decisiones de la Justicia, generalmente por situaciones de vulnerabilidad, violencia familiar, negligencia o conflictos graves en su entorno.
En el hogar conviven nenes y adolescentes de distintas edades, que asisten a escuelas de la zona y que están bajo el cuidado de personal a cargo las 24 horas.
La institución tiene la responsabilidad de garantizar su bienestar, acompañarlos en lo educativo y afectivo y asegurar que transiten su estadía de la manera más contenida posible mientras se define su situación familiar. Sin embargo, algo grave ocurrió dentro de la institución que derivó en una causa penal.
Todo se habría iniciado cuando uno de los nenes rompió un vidrio en medio de una crisis emocional, preocupado por la posible separación de su hermano, que podría ser trasladado a otro hogar. De acuerdo a la denuncia, hasta el lugar llegó Género, quien empezó a retarlo y a hablarle de manera violenta.
“Si llegás a escupir, te rompo la cara. Te la rompo en 20”, “Cállate la boca porque te pego una cachetada” y “Esto no es un hotel, mañana te llevo a un reformatorio” le gritaba la mujer.
“Me lo van a tener que pagar”, y continuó: “Más vale que encuentres amigos, otros pelotudos como vos, en el hogar, porque vas a tener que cortar el pasto, limpiar y pintar”.
“La vida insoportable se las voy a hacer yo. Son una basura. No los soporto más. No valoran un carajo. Te vas a quedar solo toda tu vida. Te haces la víctima y esas son lágrimas de cocodrilo”, les dijo al chico mientras él lloraba desconsoladamente.
“Cuando vayan a un reformatorio, van a tener que ir de a dos al baño. Los van a golpear, les van a pegar con una toalla mojada, los van a meter en agua fría, porque ustedes son unos groseros”.
“Si vos te volvés a hacer las necesidades encima, te vas a tener que chupar el dedo con m*. Te voy a meter la mano en el inodoro y te la vas a chupar los dedos delante de todos”. Entre otros insultos desgarradores.
Mientras avanza la investigación penal, el Juzgado de Familia N° 6 de Mar del Plata dictó una medida cautelar para proteger a los chicos involucrados. La denuncia había sido enviada por la Escuela Especial N° 502, que intervino tras enterarse del episodio.
La jueza ordenó una prohibición de acercamiento de 200 metros y les prohibió tener cualquier tipo de contacto —por teléfono, redes sociales o mensajes— con los menores. La medida alcanza a varios trabajadores del hogar, entre ellos Género y Benaduche, y rige en todos los lugares donde los chicos puedan estar, tanto en sus casas, en la escuela y en actividades deportivas o recreativas.




