Allanaron la casa y encontraron numerosas botellas.
Justicia identificó a la sospechosa de varios robos en un almacén de un caso que trascendió por el curioso apodo con el que los comerciantes bautizaron a la ladrona: “Fernecito”.
Se trata de una mujer llamada Gisela, de 36 años.
El Juzgado de Garantías N°2 tandilense ordenó el allanamiento de su domicilio, donde se encontraron tres botellas de Fernet Branca y ropa de similares características a la que vestía la mujer que se observa en las filmaciones robando botellas de vino.
En el lugar también se secuestraron varias autopartes de motocicleta cuya procedencia no pudo justificar.
Durante el procedimiento, la mujer fue notificada de la causa por el delito de hurto, pero no quedó detenida.
La investigación comenzó luego de que el dueño de Tiendas PP detectara que la sospechosa, quien frecuentaba el lugar hasta tres veces por día, se llevaba productos sin pagar.
Una vecina alertó sobre su conducta al comentar que “pagó una leche, pero se llevó una botella de fernet”.
Tras revisar las cámaras de seguridad, el comerciante constató que la mujer había robado en numerosas ocasiones, con un especial interés en las botellas de alcohol.
El propietario del almacén relató que Gisela se había ganado la confianza de los empleados, en su mayoría jóvenes, con quienes mantenía una relación cercana. “Era una clienta de todos los días, de dos o tres veces. Se había hecho amiga de nosotros. Tenemos un local en el que los chicos son jóvenes y tienen mucha empatía. A una de las chicas le decía ‘sobrinita’. Venía muchísimo”
Al descubrir los robos en las grabaciones, el comerciante quedó sorprendido.
Las imágenes de las cámaras mostraron cómo la mujer aprovechaba momentos de distracción para guardar las botellas en su bolsa.
Según el dueño del comercio, “robaba todos los días entre dos o tres botellas”. Debido a la reiteración de los hechos, decidieron apodarla “Fernecito”.
En el video se observan los numerosos momentos en los que la sospechosa aguardaba disimuladamente y, cuando nadie la veía, tomaba las botellas de bebida alcohólica para introducirlas de a una en la bolsa que llevaba consigo. Y así, una y otra vez. En el negocio, no pueden saber desde cuándo se repetía esta situación, dado que “las cámaras rebobinan hasta un mes”.
Tras conocerse la situación, otros comerciantes denunciaron que también habían sido víctimas de Gisela, quien operaba en diferentes almacenes y mercados. En respuesta, varios locales pegaron panfletos con su fotografía como medida preventiva.
Pasó en Tandil.