Tenía 73 años
Un hombre de 73 años murió aplastado por su propia camioneta.
Era dueño de un taxi que era conducido por un chofer y, en ese momento, tenía que sacarlo del garaje para que se lo llevara el trabajador, pero antes debía mover su Chevrolet Tracker de lugar.
La víctima atropelló a su perro por accidente y se bajó para socorrerlo.
Al haber dejado el vehículo en marcha, éste avanzó y le aplastó la cabeza contra una parrilla.
El taxista, que se encontraba fuera del domicilio, estaba esperando que el hombre saliera y, ante la demora, decidió ingresar y fue ahí cuando descubrió lo sucedido.
Acudió el servicio de emergencias que, tras una revisión, constató la muerte del jubilado.
Pasó en Las Dalias en la ciudad de Córdoba