Una joven de 19 años, hija de un policía mató a su exnovio de 21 con el arma de su papá. Al chico lo encontraron tirado en la calle, con dos balazos.
Tras una serie de declaraciones de testigos, Nahir Galarza se presentó en la fiscalía de Gualeguaychú, Entre Ríos, y confesó que ella lo había matado con el arma de su padre. Inmediatamente dispusieron la detención de Nahir, que fue trasladada a la sala 6 de Psiquiatría del Hospital Centenario, debido a que se encontraba en estado de shock.
Hallaron a Fernando Pastoriza, su exnovio, tirado en el piso y agonizando junto a su moto, en General Paz al 370, entre Pueyrredón y Artigas. Lo encontró un remisero luego de dejar a una pasajera en la zona. Según la reconstrucción que hicieron los investigadores, Fernando y Nahir habrían estado juntos en la casa de ella, hasta que salieron a dar una vuelta en moto por Costanera, la calle Bolívar, Avenida Parque y finalmente el Barrio Rocamora, donde ocurrió el crimen.
También se habría establecido que los dos disparos fueron a corta distancia, uno en el pecho y otro en la espalda. En el lugar encontraron casquillos de 9 milímetros y una bala sin usar. El muchacho no murió inmediatamente, sino que agonizó hasta que arribó la ambulancia, que tardó media hora en llegar.
Antes de confesar el crimen, Nahir había publicado una foto junto a Fernando en una “story” de Instagram -una publicación que se borra en 24 horas- donde expresaba que lo amaba.
El abogado de la joven, Víctor Rebossio, explicó que Nahir, estudiante de Abogacía de la Universidad de Concepción del Uruguay (UCU), fue internada tras la confesión porque no está en buen estado de salud “sobre todo psíquico”. Además, indicó que “no tiene antecedentes penales y que tiene miedo de que, si declara, “esté bajo los efectos de algún tipo de violencia o alteración mental provocada por hechos externos, que podrían repercutir en la posible aplicación de la pena”.
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