Está grave.
Un policía de 32 años operado de urgencia tras recibir un balazo en el cuello.
El autor del disparo, un turista que había viajado por el fin de semana, fue imputado por el delito de lesiones graves y quedó a disposición de la Justicia.
Todo empezó cuando se activó la alarma de una camioneta estacionada.
La alerta llamó la atención de un patrullero que circulaba por la zona y desencadenó la dramática secuencia.
Al detenerse los oficiales escucharon gritos que provenían del interior de una casa cercana.
Los dos agentes golpearon varias veces la puerta de la vivienda en cuestión, pero, al no obtener respuesta, el jefe de calle intentó forzar el acceso.
Fue entonces cuando el propietario, que había ido a pasar el fin de semana largo, “no advirtió que era la policía quien intentaba ingresar, forzando la puerta de entrada en un intento de intervenir”. Y disparó.
El proyectil alcanzó al jefe de calle de la Comisaría 1ª de Pinamar: impactó en la mandíbula del policía y salió por la nuca. Mientras el oficial caía al piso gravemente herido, el dueño de casa, todavía armado, salía al patio delantero y recién entonces comprendió su error.
Pasó en Pinamar.
