En una nota para el diario Clarín, el periodista Martín Grosz, se encargó de investigar las causas de la caída de consumo en los lácteos y en paralelo la suba de precios de los mismos el año pasado.
La razón principal de la caída del consumo está en que los precios aumentaron mucho. Esto se debe en parte porque cayó fuertemente la producción de leche en el último tiempo. «Y eso pasa justo en un año recesivo donde el salario real se deterioró», explicó David Miazzo, economista de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina.
Debido al aumento registrado el último año del 39% en los lácteos, las familias «tipo» se vieron prácticamente obligadas a recortar y reducir sus gastos para que les alcance la plata. Estadísticas recientes del Ministerio de Agroindustria muestran que en 2016 el consumo de los principales lácteos sufrió un desplome récord, comenzando por el de leche líquida. A esta se le sumaron alimentos como yogures, dulce de leche y quesos.
La consultora Kantar Worldpanel informó que las compras de lácteos se redujeron un 9% interanual en el primer trimestre. Y según un estudio de Scanntech y Focus Market los lácteos fueron los alimentos con mayor contracción del consumo en lo que va del año, mientras que otros, como los secos del desayuno, se recuperaron. Este fenómeno ocurrió en paralelo a una fuerte suba de los precios en las góndolas de los mercados.
En un claro ejemplo, Clarín afirmó que un sachet de leche marca líder, a $ 15,45 hace un año, ahora cuesta más de $ 21. Y el de segunda marca tiene un precio acordado de $ 15,64, aunque no siempre se consigue. En un año, el queso cremoso de marca líder pasó de $ 159 a $ 220 el kilo.