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26 de julio, 2024

Fabián Medina Flores. Confesiones íntimas. Su relación con un polista casado. Planea casarse pronto.

“Yo me relacionaba sólo con hombres casados”.

Fabián Medina Flores reveló en el ciclo de entrevistas de Infobae “A solas” , por Sebastián Soldano, que salía con un polista casado y le aconsejaba a su mujer que lo cuidase más. Dio detalles sobre su salida del clóset y que sólo mantenía relaciones con hombres casados, una especie de fetiche, pero también agregó que estuvo con políticos y deportistas.

“No estaba bueno, pero hubo un largo tiempo en que, una vez superada esa etapa, yo me relacionaba solo con hombres casados”, comenta Fabián. Se trataba de “personajes muy particulares, que debían ser cuidados y protegidos”, señala. “Todo era: ´Nos vemos detrás de la segunda columna del tercer nivel de tal estacionamiento…´. Y yo creía que eso estaba bien. Que era el modo normal de vincularse. Salí con un funcionario y con un polista”, detalla.

Pero hará foco en el romance más “intenso y extenso”, el segundo de los mencionados. “Yo entendía que él, por las exigencias de su deporte, necesitaba estar acompañado por su mujer. Cuadraba con la lógica. Y no lo pasé nada bien. Nada bien”, describe. “Una vez, durante un Abierto de Polo, terminé al lado de ella, escuchándola y sugiriéndole a modo de consuelo que lo cuidase más. Y por otro lado, mientras estaba con él, le aconsejaba que no se divorciarse. Llegó un punto en el que pensé: ´¡¿Pero qué estoy haciendo yo en medio de estas negociaciones?!´”, relata de forma irónica.

“Había dos ventajas para la situación: no existía tanto asedio con los celulares, ni mucho menos con redes sociales, y yo también viajaba mucho, lo que propiciaba los encuentros casuales. Una vez me citó en Patio Bullrich, y le dije: ´¡¿Ahí vamos a vernos?!´. Me respondió: ´¿Cuál es el problema? Ahí tomo el té con mi madre, converso con mi contador…´. Pensé: ´Pero mirá que piola…’. Tenía todo muy estudiado. Tanto que después descubrí que yo no era el único”, relata Fabián. “Claro, yo no exigía nada. Todo se iba acomodando tal cual sucedía”. Dice que si bien siempre supo que esa relación sería imposible, “hubo una vez en la que él casi me elige a mí”, asegura.

No dirá que el polista estuvo a punto de dejar a su familia “porque me resulta algo agresivo para la otra parte”, explica. Pero, al parecer, un enojo interno en el matrimonio había desatado la “valentía” del señor en cuestión. “Y enseguida me convencí de que se trataba de un rapto emocional por lo que estábamos viviendo juntos en ese lugar, en ese ratito. Que no dejaría a su main sponsor. Y que yo merecía que me eligiese genuinamente y no porque había peleado con su dueña o, mejor dicho, con su patrona”.

La relación duró tres años y, al final del día, “fue claramente egoísta”, sentencia Fabián recordando su decisión de terminarla. “Nada fuera de la típica mentalidad de un campeón que, de cualquier forma, siempre terminaría ganando. Yo jamás sería una prioridad, ni habría un proyecto de hogar ni peinaríamos juntos caballos blancos”, grafica con gracia.

Hoy día Fabián está en pareja con su entrenador personal Juan Manuel Ardaiz (27), “es un tipo íntegro, responsable y con principios, que muchas veces parece más grande que yo por su don de señor”. Se conocieron hace cinco años, “casualmente en un Abierto de Polo”, suelta con suspicacia. “Y como le pasa a todo el mundo que lo ve, me distraje con su imagen, porque es muy guapo, sin sospechar la calidad de hombre que había detrás”, dice.

Medina Flores no solo descubrió “alguien que lee más que yo”, sino también, el mejor “y más apasionado” compañero de palco en el Teatro Colón. Y fue precisamente ahí donde, tal vez, JM supo confirmarle que no habría mejores. “Yo lo vi comportarse con los suyos. Vi cómo le quitaba el abrigo a su madre y a su hermana. El modo, sus movimientos. Es un dandy de otra escuela. Me acuerdo que pensé: ´¡Es Gino!´”, refiriéndose a Bogani, su pope en el mundo del estilo. “Conocer a la familia de JM me dio cuenta de todo. Su madre es divina, vienen a casa, participan, eligen vinos juntos, y él tiene con ella la relación que me hubiese gustado tener con la mía”.

De repente un día, en alguna situación social y del modo más casual, Fabián escuchó a JM decir: “…porque nosotros somos muy felices”. Y entonces se sintió “cohibido”, describe. Pero segundos después reaccionó: “Claro, él sólo estaba describiendo eso que nos pasa. Sí, somos una pareja feliz”, asegura. Tanto que se casarán el próximo 18 de septiembre, día del cumpleaños de Hannibal, el mini galgo que comparten. Ya designaron a sus testigos porque “en realidad ya hubo una ceremonia que fue la más importante para nosotros, por eso podemos alardear”, comenta. “Y lo digo con cierto prurito porque me sorprendí a mí mismo estando en esa. Me dije: ´¿En serio estamos haciendo esto?´”.

Fue JM quién impulsó la moción durante una comida con sus amigos, la pareja de Alexia Toumikian y Juan Pablo de Jesús (por otro lado, padrinos del can). “Nosotros también deberíamos pensar en casarnos, ¿no?”, preguntó el entrenador. “Yo hice como que no había escuchado nada”, cuenta Fabián. “Pero insistió”. Lo inevitable esperaría dos años de pandemia y una mudanza.

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