Santo en la Web y en la Red

26 de julio, 2024

Joan Manuel Serrat. Adeu, Mestre!. El último recital en Barcelona.

Llegará el día en que regresará a la Argentina. No subirá a un escenario pero no dejará de recibir afecto y respeto.

Su última canción antes de bajarse del escenario pero no de la vida


“Gracias por venir hoy, el día que solemnemente proclamo mi despedida por voluntad propia”, dijo el “Nano del Poble Sec”, Joan Manuel Serrat en su despedida definitiva de los escenarios en Palau Sant Jordi de Barcelona, a una de las pocas cuadras de la casa donde nació y su padre le regaló la primera guitarra.

Antes de bajarse del escenario, con un estadio ovacionándolo, hizo algo que nunca había hecho en otro concierto, tal vez una forma simbólica de mostrar que “se acabó”, tomó su clásico taburete, su guitarra y se fue, para no volver.

Serrat, que el 27 de diciembre cumple 79 años, inició su gira de despedida en el 27 de abril en Nueva York, recorrió gran parte de Latinoamérica, en Argentina estuvo en Córdoba, em Rosario y 5 veces en Buenos Aires, para cerrar, tal como había anunciado hace un año, en Barcelona.

Esas 15 mil entradas del cierre de la gira “El vicio de cantar 1965-2022” se vendieron en una hora.

En un concierto trasmitido por la televisión catalana, en el que habló y eligió un repertorio en catalán, alguien desde el público le pidió que hable en español para poder entender y por unos minutos cambió de idioma.

“He venido a despedirme, pero a despedirme con alegría”, como en el resto de los recitales de la gira en los que intentó alejar la melancolía. Pero tal como le pasó en su último concierto en Buenos Aires no puedo evitar quebrarse.

Conocido como “el noi del Poble Sec” [el chico de Poble Sec, en catalán], por el popular barrio barcelonés en el que creció -y donde ahora una placa recuerda su nacimiento el 27 de diciembre de 1943-, Serrat comenzó su carrera a mediados de los 60 tras dejar la facultad de agronomía para dedicarse a la música.

Eligió bajarse de los escenarios en casa, muy cerca de ese barrio popular en el creció.

“Sabíamos que hoy sería un concierto emotivo, pero puede ser os he fallado en dos cosas. La primera es que todavía no he llorado”, dijo divertido en un momento de un recital que contó con el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, entre el público. Claro, después llegaron las lágrimas.

Fue la última vez que cantó en vivo “Mediterráneo”, “Cantares”, “Paraules d’amor” o “Tu nombre me sabe a hierba”. Homenajeó a su abuelo, asesinado por el franquismo, a su padre y a su madre en un estadio sin un lugar libre que estallaba de emoción.

Dijo que solo deja los escenarios, pero que seguirá componiendo.

Comprometido, coherente y de profunda sensibilidad, fue uno de los representantes de la “Nova Cançó Catalana”.

Luego llegaría su exilo en México por no acepar no cantar en catalán el Festival de Eurovisión. Y comenzaría su relación de amor y compromiso en la lucha de de los derechos humanos en Latinoamérica.

“Nada más, muchas gracias, ha sido un placer haberos conocido a todos”, dijo antes de decirle adiós a una vida en el escenario.

Pero solo de ahí se va, su música queda para acompañar las alegrías y las tristezas. Su palabra justa estará presente donde sea necesario. Claro que se lo va a extrañar, pero él esta ahí en cada una de sus canciones, en cada compromiso con las causas justas, cada vez que haya que denunciar una violación a los derechos humanos.

Y como el dijo en cada uno de sus conciertos de esta gira de despida “De ahora en adelante todo, absolutamente todo, lo que nos queda es futuro, y no dejemos que nos lo quiten”.

Adéu, mestre!

María Helena Ripetta

Seguir leyendo