Julio Bocca anunció su regreso al Teatro Colón con la obra El corsario, un ballet de Marius Petipa en la versión creada por Anna-Marie Holmes. “Volver representa un reencuentro que me provoca placer y entusiasmo, pero también miedo“, aseguró el bailarín.
Sobre la renuncia a la dirección del Ballet de Sodre, Bocca explicó que participó del estreno de La Bella Durmiente luego de retirarse de esa obra. “Era una producción que yo había planeado y me dio una gran satisfacción ver a los bailarines en el buen nivel que alcanzaron. Era la primera vez que miraba una función del ballet desde la platea y tuve las sensaciones que puede tener un espectador… sin las inquietudes del director“, expresó.
En esa línea, manifestó que el problema no se debió a la compañía sino a la estructura del resto del teatro, que lo obligaba a solucionar detalles que no le correspondían, lo cual le restaba tiempo para estar con los bailarines; “el desgaste que me produjo iba quitándome las ganas de ir a trabajar y sentí que tenía que parar por mi salud“, argumentó.
Sobre su actual labor, el bailarín contó que se desempeña como maestro, ensayador y repositor. “Este año voy a estar tres semanas con el English National Ballet, después daré clases en el San Francisco Ballet; luego estaré en Corea, Houston, Praga y Barcelona“, adelantó.
Con respecto a cómo surgió la posibilidad de encarar El corsario, explicó que fue “gracias a Anna-Marie Holmes“, la autora de esta versión. El año anterior la acompañó a Hong Kong para montar allí esta obra. “Fue mi primera experiencia en este sentido y como Anna-Marie no podía venir ahora a Buenos Aires me pidió que yo la hiciera. Traje desde Montevideo como asistente a Lorena Fernández, que se ocupó particularmente de las partes más complicadas del cuerpo de baile”, cerró.
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