Tras notar una conducta extraña tanto sus hijos como su abogado, Roberto Casorla, decidieron internar de urgencia a la Tota Santillán en un hospital de Mar del Plata. El conductor estaría padeciendo un cuadro de alienación e insomnio a causa de su obsesión por el trabajo.
“Qué gran momento vive Federico Luppi”, le había dicho, horas antes, Santillán a su abogado haciendo referencia a un actor que ya esta muerto y le continuó hablando de episodios de la época de Alejandro Romay, que falleció en el 2015, como si estuvieran ocurriendo en el presente. “Eran hechos lógicos, pero de otros años”, sumó Casorla. Esta fue una de las primeras señales alarmantes a lo que se le sumarnos los comportamientos agresivos y pensamientos suicidas advertidos por Coco, uno de sus hijos que lo acompañó a la ciudad atlántica. Ante tales experiencias prefirieron internarlo cuando hacia 2 días le habían otorgado el alta tras unas horas en la guardia.
Su letrado descartó que la causa de su comportamiento fueran las drogas y señaló que desde que fue detenido al llevarse mercadería de un local, sólo toma agua. En cambio el problemas se lo adjudicó a su falta de sueño. “Desde hace meses que sólo duerme una hora y media, dos. Vive en una vorágine de acelere constante”, justificó.
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