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29 de marzo, 2024

Valeria Mazza. Habló Tiziano su hijo agredido. Debió someterse a dos operaciones porque le fracturaron la mandíbula.

“Ey Tincho no me habían dicho nunca”.

Tiziano Gravier, el hijo de Valeria Mazza, rompió el silencio y habló después de aquella noche que sufrió la brutal golpiza.

A principios de junio fue atacado injustamente a la salida de un boliche en Rosario. Tiziano habló de cómo se siente y cómo fueron los hechos en primera persona.

Tanto Valeria como Alejandro dieron varias declaraciones de cómo iba evolucionando la salud de su hijo además de cómo está la causa judicial. El protagonista no había hecho declaraciones públicas hasta ahora, rompiendo el silencio en una entrevista con Telenoche.

La conductora Luciana Geuna le preguntó cómo está su salud: “La primera operación fue la factura de la mandíbula. La segunda operación fue porque encontraron otra fisura y todavía tengo cuatro tornillos que en teoría me van a sacar la semana que viene”, contó el joven, y agregó. “Las primeras dos semanas tenía unas gomas que no me dejaban hablar ni comer nada. Lo peor ya pasó”, comentó.

“Anímicamente fueron complicados, estuve angustiado un tiempo, tenía subidas y bajadas. Estuvo bueno que muchos amigos me vinieron a visitar al hospital y a casa”, y agregó que de a poco está volviendo a retomar su rutina.

Cuando Valeria y Alejandro llegaron, fueron derecho al hospital. “Cuando me dijeron que me tenían que internar me cayó un poco todo. Me puse triste, porque entras al cuarto y te sentís tan vulnerable”, admitió. Allí la conductora le preguntó si había pasado por situaciones similares: “‘Ey Tincho’ no me habían dicho nunca”, reconoció el deportista, y reflexionó sobre el hecho: “Entiendo que este caso tomó mucha repercusión, pero no soy el primero y lamentablemente no creo que sea el último. Hoy en día hay muchísima violencia, no creo que estos chicos me hayan pegado porque sabían quienes eran mis papás. Quiero aportar mi granito de arena para que no pase más, añadió.

Al principio sintió “bronca total” que después se transformó en angustia. “No entendía lo que había pasado. Le buscaba una explicación lógica al porqué. Era un mal humor todo el tiempo y tuve que aceptar de a poco esta nueva realidad y el proceso de recuperación que tiene el cuerpo”. Y cuando lo consultaron sobre si la agresión lo perseguía, se conmovió. “Cada vez menos, los primeros días era bastante feo. Ese momento que estas solo en tu cuarto antes de dormir. Pero ahora ya está, ya me operé dos veces y estoy pensando en recuperarme”.

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