Las víctimas son menores de edad.
La denunciante luego de dialogar con su hermana quedó preocupada, “Me comentó que el día anterior le pareció raro que nuestro hermano se acostara en la cama con mi sobrina de 10 años, siendo que tenía otra cama al lado. Entonces mi hermana se acostó en el piso y él se levantó y se fue. Pero ella me dijo que tenía que tener cuidado con mi hija porque él siempre iba a mi casa”.
Ese mismo día habló con su hija adolescente, “Me dijo que mi hermano estaba acostumbrado a manosearla a ella y a la prima y que su papá también la manoseaba”.
“Ahí me contó que los días que mi hermano salía del futbol o se iba a casa por otra cosa, esperaba que yo me durmiera para ir a la pieza y la manoseaba y que el papá hacía lo mismo”.
Cuando la Justicia comenzó la investigación la mujer quiso retirar la denuncia con el argumento que las dos víctimas habían “inventando todo” porque estaban enojadas.
El juez consideró que la acusación era sólida por dos pruebas clave, El relato de las dos menores en Cámara Gesell y los informes médicos.
Consta en el expediente que la menor de 10 años en su relato “es espontáneo, coherente y acorde a su etapa evolutiva, indica persistentes tocamientos por parte de su tío, a quien identifica como autor de los hechos”.
“La niña refiere además que su prima también fue víctima y menciona métodos de coerción, como el ofrecimiento de dinero para que no hablara, lo cual refuerza la credibilidad de su testimonio y la mecánica de abuso persistente en un entorno intra familiar, el cual había tenido lugar desde sus 9 años de edad”
Por su parte el padre de la menor de 15 años está imputado por abuso sexual con acceso carnal reiterado, agravado por el vínculo y por haber sido cometido contra una menor de 18 años, aprovechando la situación de convivencia preexistente con la menor en concurso real.
Se espera que en las próximas horas se les dicte a los dos acusados la prisión preventiva y se los traslade a la cárcel.