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26 de julio, 2024

Atentado a la vicepresidenta. La Justicia detecta que hubo un intento anterior de asesinarla.

Es clave la información que se encontró en el celular de la detenida. Dictaron el secreto de sumario por segunda vez.

Una serie de mensajes extraídos del celular de Brenda Uliarte, imputada por la tentativa de homicidio de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, permitieron a la justicia detectar que el mismo grupo de personas había intentado antes asesinar a Cristina.

La información surgió del celular de la propia novia de Fernando Sabag Montiel, el hombre que el 1 de septiembre intentó dispararle a Fernández de Kirchner en la cabeza en Recoleta.

Los mensajes dan cuenta de un intento de asesinato ocurrido el 27 de agosto, durante la noche en la que la vicepresidenta le habló a la militancia que estaba en la puerta de su casa.

“No, no es que se dé cuenta, el tema es que hay una cámara de C5N, y hay poca gente, y la gente se está yendo, y el momento es ese, ahora ya es tarde, o sea son las 12 y ella salió a esa hora, y era a esa hora, o sea el escenario era con ella porque la habrán seguido”, dice uno de los mensajes que recibió Uliarte de parte de Sabag Montiel.

“¿Entendés? Después vamos a ver en la tele a ver qué pasó porque cuando ella se metió, la siguieron y ahí tendría que haber sido”, sostiene otro.

En otra comunicación, Sabag Montiel le dice a Uliarte: “No, ya se me metió adentro y el escenario, el anfiteatro lo sacaron. Le toqué la espalda a (el gobernador bonaerense) Axel Kicillof y se metió en un Toyota Etios, eh, y se fue, un quilombo. Ella está arriba pero no creo que salga, así que ya fue, dejá, voy para allá, quédate ahí. No traigas nada”.

La jueza federal María Eugenia Capuchetti volvió a imponer el secreto de sumario en la causa por el intento de magnicidio contra Fernández de Kirchner, luego de que se incorporara al expediente como prueba clave el contenido del celular de Brenda Uliarte, la novia de Sabag Montiel, imputada por el mismo hecho.

Según los investigadores lo que hay en el celular se trata de un material que la coloca como participante activa de distintos grupos de “haters” (“odiadores”, en inglés).

También se detectó la participación activa de Uliarte en grupos de Telegram con ideas radicalizadas y, por supuesto, al margen de la ley. Los nombres de esos grupos de Telegram se mantendrán en reserva por temor a que su publicación pueda generar que sumen adeptos.

Se busca determinar los roles de cada uno de los dos imputados y sí contaron además con la colaboración de más personas.

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