La ensayista Beatriz Sarlo cruzó al gobernador bonaerense, Axel Kicillof, y a su esposa, Soledad Quereilhac, por el ida y vuelta que protagonizaron la semana pasada.
“No debí decir que me ofrecieron vacunarme bajo la mesa”, afirmó Sarlo en una columna en el diario Perfil.
“La frase, verdadera y totalmente comprensible en el castellano coloquial, fue el pedazo de carne que les faltaba a quienes me criticaban no por esa frase sino por haber hecho público que esos ofrecimientos existían”, sostuvo.
“En el lenguaje que también usan las redes sociales, la frase ´debajo de la mesa´ no es ni elitista, ni incomprensible. Es simplemente una expresión metafórica”, consideró.
“Las expresiones que se usaron para criticarme fueron pobres. Fui profesora en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA muchos años y tratábamos de enseñar la diferencia entre los niveles de uso de la lengua, por ejemplo entre la polémica y la pelea entre vecinos”, dijo Sarlo.
“La frase es demasiado fácil y quienes hablamos castellano del Río de la Plata la entendemos rápido, salvo que una parte de nuestra capacidad lingüística esté ocluida. Normalmente, hacer algo por debajo de la mesa quiere decir no hacerlo público y recurrir a algún grado de secreto”, consideró.
“Cacarear es una divertida metáfora que me animaliza convirtiéndome en gallina, ave que es portadora de mis mejores recuerdos de infancia y, a lo mejor por eso, cacareo desde entonces. No me sentí ofendida cuando a alguien se le ocurrió que yo, con mi voz baja, podía ser capaz de cacarear. Hoy es un verbo más barrial que rural, pero gallineros puede haber por todas partes, incluidos los balcones y livings”, dijo.
