Experta en la monarquía sostiene que su cáncer no está controlado.
El estado de salud de Carlos III sigue generando una gran preocupación en Reino Unido después de haber sido diagnosticado de cáncer a principios de 2024.
Las últimas noticias en torno a su evolución aseguraron que este continuaría con su tratamiento de quimioterapia en 2025.
Aunque públicamente, el soberano ha mostrado una imagen de entereza y serenidad, lo cierto es que parece ser que no todo va tan bien como él muestra, según afirma la periodista especialista en monarquía Pilar Eyre en Lecturas.
Según explica la experta en Casas Reales, Carlos III tiene muy presente las palabras que juró como rey al ascender al trono, “Me comprometo a seguir con mis obligaciones el mayor tiempo posible”.
Es por ello que, pese a que los médicos le recomendaron no viajar a Alemania debido a su delicado estado de salud, este optó por continuar con lo previsto en su agenda institucional. “El estado de salud de Carlos empeora día a día. Aunque no se publican en ningún medio serio, corren rumores que el avance de su cáncer es imparable“, desvela la periodista en la ya citada publicación, dejando entrever que su evolución, lejos de mejorar, sigue generando una gran preocupación.
Se desconoce el tipo de tumor maligno al que hace frente el rey tampoco se saben detalles del tratamiento al que se somete y, mucho menos, su pronóstico real. Y es que, según explica Eyre, la Casa Real Británica ha optado por mantener todo lo relacionado con la salud del monarca en el seno de su intimidad y, de forma puntual, emiten algún que otro comunicado desvelando informaciones muy poco comprometedoras.
Pilar Eyre pone el foco de atención en el viaje que hizo el soberano a Australia el para sacar a la luz la complicada situación que atraviesa el monarca. “Los médicos accedieron a regañadientes a interrumpir once días el tratamiento, pero el resultado fue un retroceso en su estado que hizo saltar las alarmas”, afirma la también escritora.
“A partir de entonces, solo mantiene audiencias cortas, todas en casa y muy medidas. Aunque la proliferación de imágenes, la mayoría retocadas, nos hagan pensar que su actividad es incesante”, continúa asegurando Eyre, para quien “la situación es muy oscura”. Tanto es así que afirma que durante el mes de octubre se realizó una sesión fotográfica “con distintos atuendos para tener material inédito de archivo”.