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26 de julio, 2024

Carlos III y su esposa Camila coronados. En una histórica ceremonia que mantuvo las tradiciones.


2.300 invitados, entre ellos los reyes de España, Países Bajos y la actriz Emma Thompson.

Carlos III y su esposa Camila fueron coronados en la Abadía de Westminster, en medio de una ceremonia que no ocurría en el Reino Unido desde hace 70 años .

Hubo protestas de manifestantes antimonárquicos.

El rey, de 74 años, y la reina de 75 llegaron tras una breve procesión en carroza desde el Palacio de Buckingham. Pese a la lluvia, miles de personas se acercaron a lo largo del recorrido para saludarlos.

Dentro de la Abadía de Westminster 2.300 invitados presenciaron la ceremonia.

Estaban la primera dama estadounidense Jill Biden, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y los reyes Felipe VI y Letizia de España, considerada la más elegante, Guillermo y Máxima de los Países Bajos. Las autoridades del Reino Unido. La actriz Emma Thompson amiga del rey.

Fue seguido por millones de telespectadores. Carlos III y Camila entraron solemnemente, vestidos con capas ceremoniales, para ser consagrados en la cima de la monarquía británica.

Aunque el rey quiso una ceremonia más moderna y sencilla que la de su madre, se desarrolla según un ritual prácticamente inmutable desde hace mil años, único entre las monarquías europeas.

Los monarcas utilizaron 3 coronas engarzadas de diamantes y piedras preciosas, varios ropajes antiguos bordados con oro que el rey fue vistiendo en distintas fases de la ceremonia, tres cetros y un par de espuelas de oro.

En un guiño a las preocupaciones modernas, el aceite que se usará en la unción fue vegano, aunque consagrado como exige la tradición en la iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén, donde los cristianos creen que fue enterrado Jesús.

En la parte considerada más sagrada de la ceremonia, el arzobispo de Canterbury, líder espiritual de la Iglesia de Inglaterra, de la cual el rey es el jefe máximo, ungió las manos, el pecho y la cabeza de Carlos III y de Camila, ocultos de la vista de todos por una pantalla.

La parte central del acto llegó cuando el arzobispo Justin Welby colocó sobre su cabeza la corona de San Eduardo, que solo se lleva en el momento de la coronación.

Sustituyendo el tradicional homenaje de los aristócratas, el religioso invitó a todas las personas, desde donde estén viendo o escuchando, a jurar lealtad al nuevo rey, por primera vez en la historia que busca la democratización de la ceremonia, pero que provocó fuertes críticas.

El príncipe George ha tenido un papel destacado en la coronación de su abuelo, ya que ha sido uno de los cuatro pajes reales que han acompañado al rey a su llegada a la abadía de Westminster, así como a la salida del templo tras ser coronado.

Ha sido precisamente al llegar a la iglesia cuando el pequeño Jorge, de 9 años, ha acaparado el foco por los espontáneos gestos de su cara, incluso ha sacado la lengua mientras miraba a sus tres compañeros, un momento que ha quedado inmortalizado por los fotógrafos que han estado presentes en la ceremonia.

Afuera de la Abadía, miles de británicos y turistas se concentraron para presenciar el acto, en la calle y otros se reunieron en lugares designados para ver la transmisión en pantalla, como en el parque Hyde Park.

La multitud gritó “Dios Salve al Rey” mientras Carlos era coronado.

El grupo antimonárquico Republic, tenía pancartas “No es mi rey”. Un grupo de estos activistas, incluyendo su titular, Graham Smith, fue detenido cuando se preparaba para protestar.

20 miembros del grupo ecologista “Just Stop Oil” fueron asimismo detenidos y esposados en la zona.

Acompañados por miles de militares y miembros de la realeza, los monarcas regresaron en una nueva procesión al Palacio de Buckingham, donde junto a su familia saludarán a la multitud desde el balcón.

El príncipe Harry enemistado con la familia real, asistió a la coronación sin su esposa, la estadounidense Meghan Markle, que se quedó en California con sus dos hijos. Quedó en la tercera fila de la ceremonia.

El príncipe Andrés, abucheado en su camino a la abadía de Westminster para la coronación de su hermano.

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