Anteriormente había sido expulsado de 2 torneos por hechos de violencia.
Durante un partido de fútbol 8, el jugador número 10 y capitán de uno de los equipos, disconforme con una falta cobrada a su equipo golpeó varias veces en el rostro al arbitro y luego lo desmayo de un puntapié en la nuca.
Tras el hecho, el fiscal interviniente ordenó detener al agresor para imputarlo por “homicidio agravado por alevosía en grado de tentativa en contexto de un espectáculo deportivo”, delito que prevé de 10 a 15 años de prisión.
El jugador, identificado como Alexander Williams Tapón de 24 años, luego de enterarse de las posibles consecuencias penales por los golpes al arbitro, se suicidó de un balazo antes de ser detenido.
Antes había enviado mensajes a su familia e incluso en una nota televisiva había pedido a su esposa que cuide a sus dos pequeños hijos.
En tanto el arbitro del encuentro, Cristian Paniagua, había sido trasladado a un hospital y tras recuperarse fue dado de alta. Luego se había comunicado por chat con la familia de Williams Tapón para llegar a un acuerdo antes de hacer la denuncia.
El arma utilizada no había sido hallada, pero luego fue entregada por familiares que la habían sustraído del lugar donde apareció el cuerpo del jugador.
Sucedió en la localidad bonaerense de Avellaneda.
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