Tras la derrota de las tropas de Nagorno Karabaj ante el ejército azerbaiyano, muchos de los habitantes de origen armenio de los territorios recuperados por Azerbaiyán decidieron abandonar sus casas por temor a represalias.
En el distrito montañoso de Kalbajar, los residentes de la homónima capital regional apuraban los preparativos para dejar sus hogares antes del próximo domingo, cuando la localidad pasará bajo control de las autoridades azerbaiyanas y observación rusa.
Así lo establece el acuerdo de alto el fuego firmado el pasado lunes por Armenia, Azerbaiyán y Rusia.
Cada parte mantendrá las zonas «conquistadas», pero Armenia deberá además entregar otros distritos que eran controlados desde los años 90 por sus fuerzas, como Kalbajar.
El cese de hostilidades será controlado por una fuerza de paz extranjera en la línea divisoria de facto entre los lugares bajo control armenio y azerbaiyano, y entre el Nagorno Karabaj separatista y la República de Armenia.
Los habitantes del enclave separatista, de mayoría armenia, prefieren partir ante la llegada de «los turcos», como llaman a los azerbaiyanos -una nación de lengua turca-, quienes 30 años atrás tuvieron que dejar estas mismas tierras tras el triunfo de los armenios.
TRIBUNA ABIERTA