La fiscalía financiera francesa pidió 4 años de prisión, 2 efectivos, para el expresidente Nicolas Sarkozy, juzgado en París por corrupción y tráfico de influencias.
El expresidente, de 65 años, está acusado de haber intentado corromper a un juez con un puesto muy codiciado a cambio de información privilegiada sobre otro sumario en su contra.
Los fiscales solicitaron la misma pena para los otros dos acusados, el exjuez Gilbert Azibert y el abogado de Sarkozy, Thierry Herzog.
Sarkozy, que estuvo al frente del Ejecutivo francés entre 2007 y 2012, dijo ante el tribunal que «nunca cometió el más mínimo acto de corrupción» y prometió ir «hasta el final» para limpiar su nombre.
En Francia, los cargos de corrupción y tráfico de influencias tienen una pena máxima de diez años y una multa de 1,2 millones de dólares.
Sarkozy y Herzog son sospechosos de haber tratado de sobornar a Azibert, cuando era juez del Tribunal Supremo.
Según la acusación, buscaba obtener informaciones protegidas por el secreto profesional e influir en las diligencias abiertas ante la alta jurisdicción vinculadas con el caso Bettencourt, por supuesta financiación ilegal de su partido, del que fue sobreseído a finales de 2013.
A cambio, Sarkozy habría ofrecido al magistrado su ayuda para obtener un cargo de prestigio que aspiraba en Mónaco.
TRIBUNA ABIERTA