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martes 6 de junio, 2023

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Fuerte reclamo de la Iglesia. “Todos gritan y nadie escucha».

Frente a la crisis política y social.

«Vivimos una cultura en la que todos gritan y nadie escucha”, dijo el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Ojea.

Cerca de un centenar de obispos de todo el país comenzaron en Pilar las deliberaciones de la asamblea episcopal, en la que muchos de ellos transmitieron su preocupación por la sensación de “desánimo y tristeza” que perciben en la gente,

“Francisco se integra [en el diálogo con los jóvenes] como uno más en la charla. Esa ronda de conversación manifiesta un catálogo de las realidades de los jóvenes y las jóvenes. Un elenco de problemas, de heridas, de planteos, de inquietudes y de enojos con la Iglesia que encontramos muchas veces en nuestro diálogo con el mundo”, precisó Ojea.

El obispo de San Isidro había advertido que en la sociedad argentina existe un “clima de violencia muy grande” y que la gente se “pelea por cualquier cosa”. Exhortó, en ese sentido, a “tener una verdadera escucha activa de los demás, que permita salir de los pantanos y aprender a dialogar”. Llamó entonces a “aprender a escuchar”, aunque admitió que se trata de “un ejercicio difícil”.

En su mensaje, Ojea instó a los obispos a “ejercitarnos en el arte de escuchar, que es más que oír”, e insistió en que Francisco “pone en práctica estas actitudes en su diálogo con los jóvenes en el documental”. Describió que se integra como uno más en la conversación, no va a bajar línea y exhibe una actitud profética, no demagógica.


El obispo de San Isidro admitió que “a diferencia de otras épocas, la Iglesia ya no es la referencia obligada de las sociedades. A muchos ni siquiera les interesa lo que nosotros pensamos, no les molesta discrepar con nosotros. Al contrario, a veces piensan que esa discrepancia los valida. Somos una voz más en la conversación”. Dijo que “esta realidad es bien conocida por el Papa, la acepta y actúa en consecuencia”.