Desde el viernes pasado, las fuertes lluvias que azotan el sur del Estado Luisiana provocaron una de las inundaciones más fuertes de la historia. Además de las 11 personas que perdieron su vida, otras 30.000 fueron evacuadas y 12.000 permanecieron en refugios provisionales.
El gobierno estadounidense declaró el estado de catástrofe. El gobernador del Estado John Bel Edwards expresó: “Nadie ha sido olvidado, esta es una situación muy difícil para dar una respuesta tan rápido como nos gustaría. Esta es una inundación histórica” Hay 40.000 hogares destruidos total o parcialmente, por lo que cuando el agua se vaya, habrá mucho trabajo por hacer.