Irán ejecutó en la horca a un ex alto cargo de Defensa iraní que estaba acusado de espiar para los servicios de inteligencia británicos.
Alireza Akbari, de 61 años y doble nacionalidad británica-iraní, fue condenado por «corrupción en la tierra y atentar contra la seguridad interior y exterior del país por pasar información de inteligencia» al Reino Unido.
Su ejecución se produjo tres días después de que se anunciara la condena a muerte.
El primer ministro británico, Rishi Sunak, calificó la ejecución como una acción «despiadada y cobarde» y su ministro de Relaciones Exteriores, James Cleverly, afirmó que ese «acto de barbarie no quedará sin respuesta».
Reino Unido respondió con sanciones al fiscal general iraní.
TRIBUNA ABIERTA