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Policías de Israel ingresó en la mezquita Al-Aqsa, en Jerusalén, y se enfrentaron con cientos de palestinos que estaban allí.
Lo desalojaron con balas de goma, gases lacrimógenos y granadas aturdidoras.
Todo pasó en momentos en que el templo estaba colmado de mujeres, niños, personas mayores y hombres.
Los musulmanes conmemoran este mes el Ramadán, una de las principales celebraciones del islam.
Los policías formaron un cordón frente las puertas de la mezquita, impidiendo el paso a los fieles.
Luego entraron en el templo, donde primero desalojaron a mujeres y niños, y se enfrentaron con los hombres.
Los efectivos reaccionaron a ataques con fuegos artificiales, piedras y palos.
La intervención dejó decenas de heridos por balas de goma, gas pimienta y granadas aturdidoras, y los uniformados impidieron el acceso de personal sanitario para atender a los lesionados.
La Policía israelí explicó que sus efectivos ingresaron en la mezquita para desalojar a “agitadores” que habían introducido allí “fuegos artificiales, palos y piedras”.
La organización palestina Hamas denunció que esa intervención constituyó un “crimen sin precedentes” y llamó a los palestinos en Cisjordania a “acudir en masa hacia la mezquita para defenderla».
Israel activó las sirenas de alerta en numerosas zonas urbanas cercanas a la Franja de Gaza después de que al menos tres cohetes fueran disparados desde el territorio palestino hacia Israel.
TRIBUNA ABIERTA