Su hermano Alfonsito murió de un tiro en la cabeza. Estaban solos en una habitación.
Se cumplieron de la tragedia que marcó la vida del rey Juan Carlos: el día que mató a su hermano menor por accidente.
Fue el 29 de marzo de 1956, Juan Carlos con 18 años estaba junto a su hermano de 14 en una habitación de Villa Giralda, en Portugal, la residencia de la familia real en el exilio.
Estaban los dos solos y se oyó un disparo. Tras escuchar un disparo y entrar corriendo a la habitación de juegos donde Alfonsito y Juan Carlos maniobraban un arma.
El padre don Juan de Borbón y Battenberg envolvió el pequeño cuerpo sin vida en una bandera española que arrancó de su mástil . Le dijo al futuro heredero de la Corona: “¡Júrame que no lo hiciste a propósito!”.
Ante la ausencia de una investigación oficial sobre lo sucedido, en adelante todo fue especulación y rumores.
“Estando el infante don Alfonso de Borbón limpiando una pistola de salón con su hermano, la pistola se disparó, alcanzándolo en la región frontal, falleciendo a los pocos minutos. El accidente sucedió a las 20:30 horas, al regresar de los oficios de Jueves Santo, donde había recibido la sagrada comunión”, esa fue comunicación oficial.
Bernardo Arnoso, amigo del rey, habría contado un tiempo después que el futuro rey le confesó que él había apuntado a don Alfonso pensando que no estaba cargada y que apretó el gatillo para impresionarlo.
Recién 2015 el entonces rey Juan Carlos hablara públicamente por primera vez de lo sucedido.
“Ahora lo echo mucho de menos. No tenerlo a mi lado. No poder hablar con él. Estábamos muy unidos, yo lo quería mucho, y él me quería mucho a mí. Él era muy simpático”, dice Juan Carlos ante las cámaras en el documental Yo, Juan Carlos I, Rey de España, del director de cine hispano-francés Miguel Courtois.
