Carlos enfrentó a su madre como nunca lo había hecho.
El 31 de agosto de 1997 la princesa Diana de Gales murió Paris luego de salir a cenar, escapando de los paparazzis, el Mercedes Benz en el que se trasladaba impactó contra la columna número 13 del Puente del Alma.
Un año antes, Lady Di y el príncipe Carlos se habían divorciado.
En la Casa Real hubo muchos desacuerdos sobre qué hacer luego de que se conociera la trágica partida de la princesa.
Según trascendió, el padre del príncipe William y el príncipe Harry tuvo una fuerte pelea con la reina Isabel II por cómo debía ser repatriada la mujer de 36 años.
“Él era solo un exmarido, que no tenía derecho a estar allí más que como padre de sus hijos, pero Carlos quería usar el avión real para ir a París, aunque la reina en un principio se lo negó”, publicó el periódico Mirror.
En aquél entonces, Carlos luchó por Diana como nunca antes lo había hecho. Él se puso firme con su pedido frente a su madre y la monarca terminó accediendo.
Voló a París con las hermanas de la princesa, lady Sarah McCorquodale y lady Jane Fellowes, y al llegar se trasladaron al Hospital Universitario Pitié-Salpêtrière.
Paul Burrell, el exmayordomo de Lady Di, los vio llegar y sobre el soberano, señaló: “Estaba devastado. Era una mujer a la que había amado a su manera”.
Diana fue trasladada primero a la morgue del palacio St. James y luego a Kensington. El funeral se produjo el 6 de septiembre de 1997 en la Abadía de Westminster.
