Pasará unos días con ella.
Desde que el buque escuela Juan Sebastián de Elcano zarpó de Cádiz en enero, no se había vuelto a ver juntas a la reina Letizia y la princesa Leonor.
Aquella despedida en la cubierta del vele los reyes quisieron acompañar a su hija en el inicio de esta aventura naval como una familia más.
La reina se despidió de “mi chica”, dejando escapar unas lágrimas que hablaban de amor maternal, orgullo y nostalgia.
Se ha producido el esperado reencuentro Letizia viajó a Panamá, donde pasará unos días junto a su primogénita.
No se trata de una visita oficial, ni hay actos institucionales programados.
Las escalas, esta es la sexta del Elcano en su periplo por América Latina, son una oportunidad que muchos familiares de los guardiamarinas aprovechan para abrazar a sus hijos tras meses de separación.
Así lo ha hecho también la reina, cuya agenda oficial permanece vacía permitiéndole disfrutar de este viaje personal sin interferencias.
En una de las fotos, Leonor y doña Letizia se funden en un abrazo largo y apretado, con los ojos cerrados. La princesa de Asturias, vestida con su uniforme blanco de guardiamarina, se muestra sonriente y visiblemente emocionada.
Durante su paso por Panamá, los guardiamarinas tendrán que cumplir con las actividades habituales en casa puerto: Leonor ya fue abanderada en Uruguay, por ejemplo. Después de esas tareas, todos los alumnos —también la princesa de Asturias— deben hacer guardia, lo que suele implicar enseñar el barco a las visitas.
Tras sus obligaciones, disfrutan de varios días de tiempo libre, siempre que hagan una llamada diaria al comandante si no duermen a bordo. Los hoteles se convierten en su refugio temporal, donde pueden descansar, compartir excursiones con sus compañeros o simplemente desconectar.