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26 de julio, 2024

María Marta Garcia Belsunce. Nicolás Pachelo dijo, “¿Quién mató a María Marta? no lo sé. Si supiera quién fue sería el primero en decirlo. Yo no fui”.

“No tienen elementos probatorios directos contra mi persona. No tienen nada, no tienen un arma, ADN, ni huella”.

Nicolás Pachelo, principal acusado en el tercer juicio por el asesinato de María Marta García Belsunce rompió el silencio luego de 20 años y habló su situación en la investigación que lo involucra con el crimen ocurrido en el año 2002.  Desde la cárcel en la se encuentra alojado cumpliendo una pena por robos a varias casas, habló en entrevista telefónica con Martín Candalaft para Infobae.

“No hay ningún elemento probatorio en contra mía. Los fiscales quieren construir una imagen falsa de mí ante la sociedad. Nunca entré a la casa de García Belsunce”.

“Sólo se fijan en mí, pero nadie investigó, por ejemplo, a la misteriosa dama de rosa que apareció en el velorio. ¿Quién mató a María Marta? No lo sé. Si supiera quién fue, sería el primero en decirlo: yo no fui”.

 “Durante 20 años me callé la boca. Mi única defensa fue ante la Justicia. Ahora me veo en la obligación de hacerlo. Los periodistas sólo refieren lo que escuchan y está bien. Pero nadie me escucha a mí, porque yo no hablo. Hasta ahora”.

“No tienen elementos probatorios directos contra mi persona. No tienen nada. No tiene un arma, ADN, ni huella. El móvil es, además, muy endeble. Ellos dicen que el homicidio se produjo para tapar el robo de una cajita que la víctima guardaba. Pero eso se denunció 50 días después”.

“Me acusan de querer robar esa caja metálica que estaba en la habitación en la cual se hizo el velorio y por la cual pasaron 200 personas. No tiene sentido”.

“Es absurdo lo del secuestro del perro. El tipo que dice que le llevé el animal es un vecino de la tosquera nuestra que estaba enemistado conmigo. Teníamos un problema por unos camiones. Es cierto que yo le di un perro, pero era un Rottweiler que había tenido en el Carmel. Se lo llevé porque si lo tenía atado, ladraba todo el día y si lo soltaba, me hacían una multa. Por eso se lo entregué. Además, este hombre dice que se lo vendió a alguien y casualmente no tiene ningún contacto de ese supuesto comprador”.

“Ese día mi mujer había ido a un recital de Diego Torres en una combi y había dejado su camioneta estacionada en el Club House. Yo estaba yendo a buscarla cuando, evidentemente, estos tres chicos se cruzaron. Pero no estaba yendo en dirección a lo de García Belsunce. Todo lo contrario. Ellos salían de ver el River-Boca en el Club House y yo iba en dirección contraria”.

“Yo nunca tuve coartada. Lo que sucedió es que el fiscal Diego Molina Pico me llamó a declaración testimonial 60 días después del hecho y me pidió que haga memoria de lo que había realizado aquel día y me pidió que los horarios tengan un margen de error de 5 minutos. La verdad es que para mi fue un domingo normal por lo que no recordaba absolutamente todo. No cronometré mi domingo”.

“Lo que nadie dice es que un perito aseguró que, como ese día llovía, las señales de los celulares impactaban en cualquier antena. Incluso el celular de mi mujer, que estaba en Capital viendo un recital, impactó en una antena de Don Torcuato”.

“¿qué prueba si yo estaba o no en pilar? Yo vivía en ese lugar, ¿donde querés que esté?”.

“El delito de encubrimiento está prescrito, pero no me quedan dudas de que ellos encubrieron (familiares de la víctima). Está clarísimo. No es sólo una cosa. No es sólo el pituto. Es el pedido de frenar a la policía, de generar una partida de defunción falsa. No es una cadena de errores y nada más”.

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