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El papa Francisco promulgó una nueva Constitución que reorganiza el órgano de gobierno del Vaticano, introduce más transparencia financiera y lo abre a mujeres y laicos.
La nueva Constitución, que entrará en vigor el 5 de junio, reforma partes de la Curia Romana, tal como se conoce al gobierno del Vaticano, y sustituirá a la «Pastor Bonus» promulgada en 1988 por Juan Pablo, que está compuesta por 193 artículos, 2 anexos y posteriores modificaciones introducidas por Benedicto XVI y Francisco.
Entre los principales cambios figuran la posibilidad de que los laicos y las mujeres católicas dirijan departamentos del Vaticano, así como la incorporación de la comisión asesora sobre abusos sexuales.
Si bien los dicasterios (ministerios) de la Curia, que funcionaban con financiamientos opacos y a puerta cerrada desde hace décadas, fueron inicialmente reacios a aceptar una administración más centralizada, este tipo de gestión fue finalmente consagrada en la nueva Carta Magna.
La nueva Constitución «Prediquen el Evangelio», de 52 páginas, crea en ese sentido un nuevo Dicasterio para la Evangelización, que será presidido por el propio Francisco.
Al convertirse en «evangelizador jefe», el papa lleva a cabo un «cambio tectónico hacia una iglesia más pastoral y misionera», dijo en Twitter David Gibson, director del Centro de Religión y Cultura de la Universidad de Fordham.
En esa línea, el papa asegura que cualquier cristiano bautizado es un misionero.
TRIBUNA ABIERTA