Tras la misa del Angelus, el Papa Francisco anunció que, «apenas sea posible», se trasladará a la zona afectada por el terremoto, manifestando su «cercanía espiritual con los habitantes del Lacio, Las Marcas y Umbria».
«Pienso en especial en la gente de Amatrice, Arquata del Tronto, Norcia. De nuevo digo a esas queridas poblaciones que la Iglesia comparte su sufrimiento y sus preocupaciones, y reza por los difuntos y por los supervivientes», declaró.
Según los últimos datos oficiales, el terremoto dejó 290 muertos. Todavía continúa la búsqueda de sobrevivientes bajo los escombros.