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Un perro, bautizado «Pirata» por las manchas en sus ojos, murió esperando a su dueño, un hombre de unos 60 años que falleció por una insuficiencia cardíaca en octubre de 2015 en el Nuevo Hospital de Río Cuarto, Córdoba. Aunque, el señor no sobrevivió al primer día de su internación, el animal se quedó buscándolo en el piso 4 del establecimiento médico por tres meses.
En febrero de este año, una infección en el ojo hizo que Pirata sea un peligro para los enfermos que ingresaban al hospital, por lo que una familia lo adoptó. Una noche, el perro escapó y fue encontrado muerto. Había sido atropellado por un auto.
El lugar en el que yacía Pirata estaba a casi 4 kilómetros de la casa de la que escapó y a 500 metros del hospital, por lo que su familia adoptiva supo que el perro quiso volver al lugar donde vio por última vez a su dueño.