Santo en la Web y en la Red

28 de marzo, 2024

Príncipe William Viajará a los Estados Unidos. No tiene previsto encontrarse con su hermano Harry.

Por motivos distintos y separados asistirán a actos de fundaciones.

Con una diferencia de cuatro días, Harry y Meghan, Wiliam y Kate se disputarán las simpatías o el rechazo de los norteamericanos a un modelo u otro de la Casa Real.

Los duques de Sussex, que viven en California tras su autoexilio británico, serán premiados el 6 de diciembre en Nueva York por su “posición heroica” contra el racismo estructural en la monarquía, según la hija de Robert Kennedy, asesinado en California, que les entregará el premio Ripple of Hope.

William y Catherine, los príncipes de Gales y futuros reyes, con un vínculo quebrado con su hermano Harry y su esposa Meghan, llegarán a Estados Unidos cuatro días después.


Buscan reparar la imagen de la Casa Real, que Harry y Meghan destrozaron en una histórica entrevista con Oprah.

Acusaron a la Casa de Windsor de racismo y de preguntarse cuál sería el color de la piel de Archie.

Es la primera visita de la “Familia Real trabajadora” a Estados Unidos desde la entrevista.

Los nuevos príncipes de Gales asistirán al premio Earthshot en Boston, inspirado en el Moonshot del presidente Kennedy.

El Príncipe William, un ecologista a quien el gobierno británico prohibió ir a la cumbre climática en Egipto, ha trabajado con la Fundación de la Biblioteca JFK para organizar la ceremonia.

Por su parte, el príncipe Harry, de 38 años, y Meghan, de 41, recibirán el premio Ripple of Hope, en una ceremonia para “líderes ejemplares”, con “un compromiso inquebrantable” con el cambio social.

La gala de Nueva York está organizada por la fundación Robert F Kennedy Human Rights, que lleva el nombre del ex fiscal general de Estados Unidos, asesinado en 1968. La anfitriona será Kerry Kennedy, de 63 años, hija del político, quien dijo que los Sussex obtendrían la premio por tener el coraje de enfrentarse a la “estructura de poder” de la familia real.

El premio corre el riesgo de abrir viejas heridas con el resto de la familia real, luego de los comentarios de Harry y Meghan sobre el racismo durante una entrevista con Oprah Winfrey.

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