William confió, “Fue el aire libre de Escocia lo que ayudo a consolar la muerte de mi madre”.
Los príncipes Kate y William están en Escocia. Visitaron un autocine que quedó instalado en el palacio de Holyroodhouse, residencia oficial de la reina Isabel II en Escocia, para una proyección especial de la nueva película de Cruella de Vil.
Kate uso un diseño de Holland Cooper, una marca por la que había apostado esa misma mañana en su regreso a St. Andrews, la universidad en la que hace 20 años conoció a su actual marido.
La duquesa de Cambridge lo combinó con un vestido dorado y unos salones verdes de Manolo Blahnik, mientras que como joyas lució unos pendientes muy especiales: son los zafiros que el anterior jeque de Dubai le regaló a Isabel II durante su viaje a Emiratos Árabes de 1979.
Kate tomó prestados del joyero de la monarca para resaltar los colores azules de su gabardina.
Los duques de Cambridge también rindieron un homenaje al duque de Edimburgo, fallecido a principios del pasado mes de abril llegaron al autocine al volante de un Land Rover que perteneció al difunto marido de la reina, de color verde militar como el vehículo diseñado por él mismo que el mes pasado transportó el féretro con sus restos mortales, un homenaje póstumo a la pasión del príncipe Felipe por esta marca de coches.
Para los duques de Cambridge Escocia es un país lleno de recuerdos.
Según recordaba hace unos días el príncipe William fue “el aire libre de Escocia” lo que le ayudó a consolarse tras la muerte de su madre, por lo que la conexión que siente con este país será siempre “profunda”.