El presidente de Rusia, Vladimir Putin, promulgó una ley que garantiza inmunidad vitalicia a los exmandatarios rusos y a sus familiares, que no podrán ser procesados por delitos que se sospeche que hayan cometido.
Los expresidentes y sus parientes quedan también eximidos de ser interrogados por la Policía o por investigadores fiscales o judiciales, así como de ser arrestados o sufrir allanamientos.
Esa inmunidad quedará sin efecto si un expresidente fuera acusado de traición a la patria u otro delito grave, y los cargos fueran confirmados por el Tribunal Supremo o el Tribunal Constitucional.
La ley promulgada forma parte de las enmiendas constitucionales aprobadas a mitad de año y que, entre otras cosas, habilitaron a Putin a permanecer al frente del gobierno hasta 2036.
TRIBUNA ABIERTA