Algunos tienen “coronita”. No pagan ni pagarán. A otros les salen muy baratos. Los súbditos pagan impuestos.
La Casa Real británica tiene un patrimonio de incalculable valor en palacios y residencias reales.
La mayor parte de ellas pertenecen a la reina Isabel II, que a algunos miembros de su familia les perdona el alquiler, pero no a todos, según informó Vanitatis.
Depende del estatus dentro de la monarquía británica.
Ni el príncipe Carlos ni su mujer, Camila, pagan ningún tipo de alquiler a la monarca.
Tampoco lo hacen los duques de Cambridge.
Pero, el duque de York, por ejemplo, reside en Royal Lodge, una residencia de 30 habitaciones propiedad de la corona y que aún comparte con Sarah Ferguson. Tiene un contrato de alquiler de 75 años desde 2003 y en él pagó un precio único de un millón de libras esterlinas. Aunque pueda parecer una cifra desorbitada, son unas 250 libras a la semana –es decir, unos 300 euros-. Un alquiler más que razonable dadas las lujosas residencias.
Quien gestiona todos estos alquileres es The Crown Estate, la empresa encargada de recaudarlos para la corona británica.
Si la corona quisiera rescindir el contrato de arrendamiento durante los primeros 25 años, tendía que recompensar los gastos de la renovación de la propiedad que fueron desembolsados por el duque de York y que ascendieron a casi 9 millones de euros.
Los condes de Wessex viven en Bagshot Park junto a sus hijos, Lady Louise y Jacques. A pesar de ser miembros completamente activos de la familia real trabajadora, también tienen un contrato de arrendamiento con The Crown Estate.
En su caso, su estancia se puede prolongar 150 años y la pareja habría pagado 5 millones de libras.
En el caso de las hijas del príncipe Andrés y Sarah Ferguson, que vivieron juntas en el Palacio de St. James durante diez años, fue su padre el que pagó el coste del apartamento que, según ha publicado ‘Insider’, ascendió a veintiséis mil euros anuales.
Eugenia de York se mudaba tras su boda en 2018 a Ivy Cottage, en el palacio de Kensington. Además, cuando iba a nacer su primer hijo, a finales de 2020 alquilaron la propiedad de Harry y Meghan, Frogmore Cottage.
Desde enero de 2021 residen en River Lodge, en Windsor. Beatriz parece continuar en St. James junto a su marido, con el que se casó en 2020.
La princesa Ana reside en la residencia privada Gatcombe Park, en Gloucestershire, la mayor parte del tiempo junto a su marido, Timothy Laurence. Fue regalo de la reina Isabel II en 1976 tras su boda con su primer marido, Mark Phillips. Allí también residen Mike y Zara Tindall, una propiedad que este mismo año ha estado valorada en unos 22 millones de libras esterlinas.
Muy por debajo de Buckingham Palace, Highgrove House, Sandringham House o el castillo de Windsor. Pero la única hija de la reina Isabel también ocupa una propiedad en Londres, el castillo de St. James, cuando reside en la ciudad; en este caso sí se trata de terrenos de la Corona.
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