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25 de abril, 2024

Reina Isabel II. A los 95 años se levanta a las 7.30 cada mañana. Duerme 7 horas. No fuma y bebe poco.

No se expone al sol, usa cremas no muy caras, camina todos los días y en su dieta predomina el té.

La Reina Isabel II la longeva monarca lleva una vida de buenos hábitos, no fuma y bebe poco. pero su ADN propio le ha permitido verse muy bien a los 95 años.

La Reina tiene también algunos trucos y secretos: no exponerse al sol, usar cremas (no muy caras), caminar todos los días y hacer una dieta en la que predominan el té.

La Reina siempre está en movimiento. La monarca británica hace ejercicio casi a diario y realiza caminatas rápidas junto a sus perros.

Isabel montaba a caballo una o dos veces por semana hasta hace unos años.

Los perros son su motivación: si no tiene tiempo para sacar a pasear a los perros por la mañana, lo hace por la tarde.

En cuanto a sus cuidados de de belleza, usa poco maquillaje y utiliza cremas que no son excesivamente caras.

La monarca usa una crema para cuidarse la piel de la cara que no es para nada sofisticada: se trata de un producto anti-age de venta masiva que cuesta 11 dólares.

El producto se llama Leche de Rosas, es de la marca Cyclax, una empresa británica fundada en 1896. En 1969, Cyclax se incorporó al listado de proveedores reales y obtuvo el sello de “Royal Warrant”.

La reina Isabel prefiere comidas sencillas. Le gusta mucho el té con sándwiches. Ella toma siempre la porción más pequeña del pastel. Se da permiso para comer dulces de manera ocasional.

En lo que respecta al alcohol, ya es de sobra conocida la afición de la reina por la ginebra, el champán y el Martini. En agosto de 2017, Darren McGradi, cocinero en Buckingham durante 11 años, desveló en una entrevista con Vanity Fair que Isabel II tomaba cuatro bebidas alcohólicas al día.

Isabel II le da importancia a ejercitar su mente y se prepara continuamente leyendo la actualidad y estudiando documentos. Sin embargo su gran secreto es estar siempre en movimiento y tener una vida social activa

Algo habrá que dejar, claro, a los genes: su madre vivió 101 años. Su abuela paterna vivió hasta los 85, y su abuelo y abuela maternos hasta los 89 y los 75, respectivamente.

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