Un carrito de golf valorado en 75 mil euros es con lo que cuenta Isabel II para solventar los problemas de movilidad.
Los dolores de espalda y las secuelas físicas que le ha dejado a la reina el coronavirus han perjudicado a su salud.
Con 95 años, la recuperación está resultando lenta y hasta que vuelva a recuperar las fuerzas, en Palacio han tenido que pensar cómo facilitar a la madre del príncipe Carlos de Inglaterra su movilidad.
En los últimos meses, Isabel II se ha visto obligada a ayudarse de un bastón para caminar. Incluso se le ha instalado un ascensor en el castillo de Balmoral. La adquisición de este lujoso carrito de golf introduce un nuevo elemento que facilita su rutina diaria.
Construido por Garia, un fabricante danés de ‘coches de golf’ de primera calidad y como parte de una ‘asociación’ con Mercedes-Benz, el veloz vehículo de cuatro ruedas alimentado por batería tiene un alcance de 80 kilómetros antes de que necesite recargarse.
Considerado el ‘Rolls-Royce’ del mundo de los carritos de golf, se cree que la reina se encantó por el modelo ‘Monaco’ de la gama de buggies de Garia.
Los asientos, de cuero marrón, son reclinables y cuenta con un minirrefrigerador a bordo, así como con una pantalla estilo tablet de 10 pulgadas junto al volante que ofrece mapas y actualizaciones meteorológicas.
El buggy posee elementos similares a los de un automóvil, incluidas llantas de aleación de 14 pulgadas, selección de modo de conducción, maletero con cerradura, altavoces Bluetooth, parabrisas con calefacción y portavasos.
Una fuente consultada por ‘The Sun’ dijo que sido apodado el ‘Queen Mobile’.
TRIBUNA ABIERTA