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Ambientalistas tiñeron de negro el agua de la famosa Fontana di Trevi de Roma, Italia, para alertar sobre las recientes inundaciones que mataron a 14 personas en el noreste del país.
Aseguraron que esos fenómenos son «una advertencia» del cambio climático.
Militantes de la organización ecologista Last Generation se metieron en la famosa fuente y vertieron en el agua un líquido a base de carbón vegetal, antes de que fueran desalojados por la policía.
El acto de protesta coincidió con un desplazamiento de la primera ministra, Giorgia Meloni, a la región de Emilia-Romaña, donde visitó las zonas afectadas por las inundaciones, provocadas por 36 horas de lluvia equivalentes a seis meses de precipitaciones.
Son 14 los muertos y más de 36.000 los desplazados, mientras que los daños provocados por el desastre rondarían cientos de millones de euros.
La organización Last Generation ganó notoriedad debido a las protestas pacíficas y llamativas que realizó el año pasado en Italia antes de las elecciones generales, instando a los políticos de todos los bandos a hacer de la lucha contra el cambio climático su prioridad.
TRIBUNA ABIERTA