La empresa alemana Ferrostaalm, la cual en el 2005 proveía partes y servicio técnico en la reparación del submarino, informó que la Armada Argentina no compró baterías nuevas para la embarcación sino que por un tema de ahorro decidió renovar las celdas de baterías en la reparación de media vida realizada entre el 2007 y el 2014.
La empresa le dio está información a la agencia de noticias DPA, a 28 días del último contacto del submarino.
“Para ahorrar costos, a pedido de la Armada no se realizó un cambio completo de las baterías, sino solo un cambio de las celdas de las baterías. El recambio, según nuestras informaciones, fue realizado por la Armada argentina en el astillero Tandanor”, dijeron desde Ferrostaalm y agregó que “no tiene indicios de irregularidades en relación con la conclusión, adjudicación y ejecución de la orden de entrega. Tampoco tenemos pruebas de que Hawker haya entregado componentes de menor calidad en virtud de este contrato, cuando trabajó en la construcción del navío”, afirmando que sólo conoció los rumores de corrupción después de la desaparición del submarino.
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