Corea del Norte disparó dos misiles desde la región sur de su país para demostrarles a sus vecinos su poder militar. Uno de los misiles voló 1000 kilómetros y cayó en mar territorial japonés, generando la inmediata reacción de las autoridades niponas. Es la primera vez en 18 años que un misil norcoreano cae en el mar japonés, lo cual supone una fuerte amenaza para las actividades comerciales marítimas.
El primer ministro japonés calificó al lanzamiento como «un problema grave para la seguridad» que se contrapone con las disposiciones de la ONU. Asimismo, el Ministro de Defensa profundizó la problemática considerándola “una amenaza y una provocación para la seguridad” de Japón.