El periódico británico The Guardian tuvo acceso a un video. Se considera la primera evidencia directa de violencia sexual en las prisiones del gobierno fundamentalista.
Una activista afgana de derechos humanos fue violada y torturada por hombres armados en una cárcel talibán.
La mujer fue obligada a desnudarse antes de sufrir múltiples agresiones sexuales por parte de dos hombres.
La grabación fue hecha con un teléfono móvil por uno de los agresores y posteriormente enviada a la víctima como amenaza de divulgar el video si continuaba denunciando al régimen talibán.
La activista se exilió tras el ataque y afirmó que fue arrestada por participar en una protesta contra los talibanes.
Desde que los talibanes tomaron el poder en agosto de 2021, Afganistán ha visto un incremento en la represión contra las mujeres, con lo que muchos califican como un “apartheid de género”.