Entrega de premios.
Los galardones que se entregaban en la Gran Manzana son solo un ejemplo de cómo el príncipe Rainiero quiso perpetuar el legado de su esposa con la creación que una fundación que apoyara el mundo del arte y el cine.
Una cita anual a la que no suele faltar Alberto de Mónaco, que en esta ocasión estuvo acompañado por su hija, Jazmin Grimaldi, que sustituía así a la princesa Charlène en este nuevo homenaje a Grace Kelly.
Cada año, son reconocidos diferentes artistas emergentes y uno consagrado.
En esta ocasión, Alberto de Mónaco entregó este galardón al actor Michael Douglas, que acudió acompañado de sus dos hijos varones, Cameron, fruto de su relación con Diandra Luker, y Dylan, uno de los dos que tiene de su matrimonio con la también actriz Catherine Zeta-Jones.
Una noche de padres e hijos, ya que el propio soberano monegasco también posó con su hija, algo que no es nada habitual.
Primero, porque al haber nacido fuera del matrimonio, no está en la línea de sucesión ni participa en actos oficiales.
Segundo, porque vive en Estados Unidos, así que las fotos de ambos no son demasiado frecuentes, más allá de las que la actriz comparte en sus redes sociales para mostrar sus encuentros.
Hasta la fecha, la sudafricana no ha coincidido nunca en público ni con la propia Jazmin ni con Alexandre, el otro hijo que Alberto de Mónaco tuvo antes de casarse con ella.
Entre la madre de Alexandre, Nicole Coste, y la propia Charlène, no es algo que se haya ocultado.
La exazafata ha hablado para varios medios de comunicación sobre la princesa y lo ha hecho en tales términos que incluso Alberto tuvo que defender a su esposa en una revista, en un momento, además, en el que la salud de la sudafricana tampoco estaba en su mejor momento.
En relación a los premios Princesa Grace, Jazmin Grace Grimaldi -el segundo nombre, Grace, por supuesto en honor a su abuela materna-, se mostró exultante en una cita que además le puede abrir alguna que otra puerta, dado que compartió velada con muchos nombres del cine y de la televisión, un mundo en el que está intentando abrirse camino desde hace algunos años.
Para esta noche tan especial en homenaje a Grace Kelly, la hija de Alberto de Mónaco lució un vestido en tonos grises metalizados, con escote asimétrico y volumen, creado con diferentes capas en la falda. Un look de gala que coronó con un elaborado moño, muy acorde a la etiqueta de la velada, que nos dejó a un elegante soberano con esmoquin y pajarita.